El enoturismo es un concepto con un gran crecimiento en este último tiempo en nuestro país. Por eso no comunicamos con Pablo Singerman, Director del Observatorio Económico del Turismo del Vino y Vicepresidente para las Américas de la Organización Mundial de Turismo del Vino, para hablar sobre el rubro vitivinícola y el enoturismo en Argentina.
Este “nuevo turismo” viene desarrollándose tanto a nivel mundial como en Argentina, hace un tiempo. La pandemia trajo algo muy interesante que tiene que ver con la incorporación de las edades más chicas. Antes, en general, al mundo del turismo del vino, accedía la gente de 50 años para arriba. Además, se están incorporando personas que no conocen del vino. Gran parte, por no decir la mayor parte de los turistas que llegan a hacer turismo del vino, no conocen y quieren empezar a aprender, expresa Singerman.
En cuanto al rubro vitivinícola, Pablo nos comenta que hay 320 bodegas abiertas al turismo, en 14 provincias. Ya no son solo Mendoza y Salta, que son ciertamente un icono y los puntos más altos en Argentina. San Juan, está empezando a desarrollar el turismo del vino y abriendo cada vez más bodegas al turismo. Actualmente, nuestro país es modelo para muchos países del mundo.
Un dato interesante para los turistas es que en algunas bodegas abiertas al turismo y en algunas vinerias, está empezando a aparecer el vino tirado, como la cerveza. La bodega que comenzó con esta idea se encuentra en Mendoza, la Bodega Trapiche; donde la gente puede ir incluso sin haber hecho la visita.
Para finalizar la nota, Pablo nos dice que los bodegueros están entrando al mundo de los tragos hechos con vino, están entrando en otra parte del turismo del vino que es lo innovador. “¿Vino tirado? quien se hubiera imaginado alguna vez en la vida no descorchar una botella”, expresa.