El Mejor Alfajor del Mundo es marplatense

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Luego del gran éxito del primer Campeonato Mundial del Alfajor, Sin Libreto estuvo en contacto con Fabiana Ocaranza, ganadora del Campeonato con el “Mejor alfajor del mundo”. 

Fabiana Ocaranza es la propietaria de la fábrica de alfajores y chocolates “Milagros del Cielo”. Hace 22 años que junto a su equipo trabajan haciendo alfajores y chocolates artesanales en Mar del Plata. 

Fabiana Ocaranza, ganadora del Campeonato Mundial del Alfajor y propietaria de Milagros del Cielo

La ganadora del mejor alfajor del mundo comentó que nunca hizo publicidad de sus productos.  “La única publicidad que es la mejor y me demostraron los años que es así, es la del boca en boca. Es la más fidedigna. Lo que me hace más exitosa fueron todos los saludos, los llamados de mis clientes, la gente que hace 22 años que me sigue y va al local a comprar. La gente se siente orgullosa de estar comiendo hace mucho tiempo el alfajor que iba a ser campeón del mundo”. 

Fabiana dijo que se enteró del campeonato por unas clientas que ya considera amigas y la incentivaron a anotarse. Se anotó en la categoría “Sabor exotico” y presentó dos muestras. El alfajor de crema de mousse al licor y el de crema de avellanas. 

El alfajor que ganó tiene una particularidad. Pesa entre 90 y 100 gramos. Tiene 50 gramos de relleno y lograron un punto justo, un equilibrio justo al paladar que hace que el producto no empalague a pesar de la cantidad de relleno. Ese es el secreto más importante.

El mejor alfajor del mundo, un alfajor con relleno de mousse al licor

¿Cómo sigue?

“Estoy reorganizando todo para poder mejorar y poder abastecer al mercado local que es una demanda impresionante. El año que viene seguimos con la franquicia en capital federal y estamos trabajando en la página web con una plataforma para que el producto llegue a todos lados. Esas van a ser las vías de comercialización”. 

No hay representantes ni distribuidores. Las vías de comunicación van a ser directas. El producto va a llegar de puerta a puerta porque de esa manera se puede controlar con todo el equipo la calidad. Se trata de disfrutar del sabor del alfajor y que la gente pueda apreciar el trabajo, lo que es el producto final. 

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