Noelia Brizzio, vecina de calle Mercedario en barrio Hipódromo, denunció que desde hace años el barrio sufre baja presión y cortes nocturnos de agua, situación que se agrava con la llegada de los primeros calores.
En diálogo con La Mañana Sin Libreto, Brizzio relató que el problema se repite cada año y que, aunque los reclamos son constantes, las respuestas siempre son las mismas. “Durante el día el caudal de agua es muy bajo y a la noche, entre las 21:30 y las 22, se corta por completo. Los tanques no llegan a llenarse y nos quedamos sin agua. Esto pasa desde hace años; ahora empezó de nuevo y recién estamos en octubre”, expresó.
La vecina explicó que han realizado múltiples reclamos ante el Ente Municipal de Obras Sanitarias (EMOS), pero sin resultados concretos. “Nos dicen que es un problema general, que toda la ciudad tiene bajo caudal y que se están haciendo obras. Pero no hay mejoras. Pagamos los impuestos al día, y el servicio es costoso. No tenemos agua ni para lo básico”, señaló.
Frente a los cortes prolongados, los vecinos buscan distintas alternativas para sobrellevar la situación. “Hemos tenido que comprar dispenser de agua porque a veces no tenemos ni para tomar. También recurrimos a casas de familiares para ducharnos o lavar ropa, porque los lavarropas no funcionan sin presión”. relató.
Según contó, en algunos reclamos recientes desde EMOS le atribuyeron la baja de presión al uso de piletas particulares. “Me dijeron que el problema es que la gente empezó a llenar las piletas por el calor. Pero esto es una cuestión de conciencia: el agua que se usa para llenar una pileta le está faltando a otra familia para cocinar o bañarse”, planteó Brizzio, y reclamó además que el organismo impulse campañas de concientización efectivas antes de la temporada estival.
La vecina advirtió que si el problema ya se manifiesta en octubre, la situación podría volverse crítica durante el verano. “No tener agua ahora es alarmante. No quiero imaginar lo que va a pasar en diciembre o enero. Vivimos con la incertidumbre de no saber si vamos a poder bañarnos o lavar la ropa. Es un estrés familiar constante”, aseveró.
Brizzio pidió que las autoridades municipales y al EMOS que tomen medidas urgentes y concretas. “No pedimos un favor, pedimos que el servicio funcione. Si el servicio fuera bueno, no sería caro. Pero cuando pagás y no tenés agua, entonces sí es carísimo”, concluyó.
