El geólogo forense Guillermo Sagripanti, responsable del Departamento de Geología de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) e integrante del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), explicó el alcance del trabajo que permitió localizar restos óseos en el predio del ex centro clandestino La Perla, en Córdoba.
Sagripanti detalló que su rol se concentra en la primera etapa de la búsqueda: la identificación de sitios potenciales de enterramientos clandestinos a partir del análisis de fotografías históricas, imágenes satelitales, testimonios y condiciones del terreno. “Buscamos cambios en el uso del suelo, alteraciones en la superficie, rastros de maquinaria o senderos anulados. Todo eso deja señales detectables”, indicó.
Una vez delimitadas las hectáreas de interés —dentro de un predio de 14 mil— comienza el trabajo de campo, que incluye la apertura de trincheras de referencia para estudiar el perfil del suelo y detectar mezclas o perturbaciones que indiquen intervención humana. “Cuando el subsuelo presenta materiales en lugares donde no deberían estar, es evidencia de excavaciones previas”, explicó.
El geólogo confirmó además que el equipo pudo demostrar una remoción posterior de restos, lo que explica que los materiales recuperados estén desarticulados. “Existió una segunda intervención que retiró cuerpos ya enterrados”, señaló.
Sagripanti, con más de 20 años de trabajo en geología forense, subrayó el valor humano de cada hallazgo. “Para mí es una acción humanitaria. Muchos familiares llevan medio siglo esperando una noticia. Poder colaborar en ese proceso es profundamente significativo”, expresó. También destacó el rol de la universidad pública: “Todo este trabajo se hace desde la UNRC, que nos formó y nos permite asistir cada vez que se requiere apoyo técnico”.
