En 2018 su apertura se planeaba para fin de año pero se postergó. En 2020 la pandemia paró las obras y nuevamente se soñó con su inauguración para fines de ese año. Tampoco. Finalmente, 2022 es el año en el que el Mercado de los Carruajes se abra al público. A la espera de una maravilla arquitectónica porteña puesta en valor con una propuesta gastronómica al estilo de los mejores mercados gourmet internacionales.
La inauguración oficial se espera para febrero, sin embargo este sábado 29 de enero hubo una pre-apertura en el marco de la primera edición del Festival BA Capital Gastronómica, un evento que reúne lo mejor de la gastronomía de la Ciudad de Buenos Aires.
Inspiración internacional
El Mercado de los Carruajes, considerado por el Gobierno porteño como el primer mercado minorista gourmet de la Ciudad. Llega para sumarse a los ya consagrados Mercat Villa Crespo, Mercado del Soho y Mercado de San Telmo. Con una propuesta de venta de productos frescos junto con locales de gastronomía que lo asemejan a lugares como Le District y Chelsea Market en Nueva York.
El proyecto de 4200 metros cuadrados, que abrirá sus puertas este sábado como adelanto y en febrero de manera definitiva, es una construcción que data del 1900 y está protegido como patrimonio histórico de la Ciudad desde 2011. Durante años alojó a los caballos que tiraban de los carruajes de los presidentes argentinos y se lo conocía como “Cocheras presidenciales”, en los últimos tiempos fue el estacionamiento de una parte de la flota de autos oficiales y ahora será el nuevo mercado gourmet del bajo porteño.
Contará con 42 locales comerciales, de los cuales el 70% se destinará a la gastronomía, 20% a productos frescos y alimenticios nacionales e importados y 10% a artículos y servicios vinculados con el mundo gourmet. El tamaño de los locales varía entre 13 m² a 40 m².
El Edificio
El edificio está desarrollado en dos pisos y una terraza que tendrá huertas ornamentales y verticales que aportarán un imponente jardín en el corazón del microcentro de Buenos Aires. En la planta baja estará el paseo de compras con una gran variedad de puestos que ofrecerán productos envasados, de despensa, frescos y orgánicos provenientes de productores de distintas regiones del país; y productos importados de España, Italia, Francia y demás cocinas de reconocida trayectoria mundial. En el primer piso y terraza convivirán distintos tipos de comidas y sabores de diferentes rubros como rotisería, cervecería artesanal, cava de vinos, entre otros. La modalidad de venta será de consumo en el lugar, delivery y para llevar.
El lugar fue descubierto hace varios años por el área de Desarrollo Gastronómico del Gobierno de la Ciudad, que convocó a licitación para convertirlo en mercado. Athenée Groupe S.A. fue la única empresa que se presentó al llamado y obtuvo un permiso de explotación. El proyecto contempla una inversión de US$5.500.000 y para convertirlo en un mercado la firma hizo una alianza estratégica con Mercasa, empresa líder en la implementación, desarrollo y puesta en marcha de más de 1300 mercados en el mundo.
Su historia y restauración
El inmueble de la avenida Alem al 800 fue encargado al arquitecto Emilio Agrelo bajo la presidencia de Julio Argentino Roca. Contaba con una caballeriza, un picadero al aire libre para realizar el vareo de los animales, un área de guardado de uniformes oficiales y un sector de viviendas del personal que cuidaba a los caballos de los carruajes presidenciales. Un relato de Lorenzo Rotgé, cochero presidencial entre 1921 y 1953, cuenta del lugar: “Un salón con mayólicas, pequeñas palmeras interiores, metales y pisos como espejos. Los marcos de las puertas, así como los cabezales de los boxes eran de bronce bruñido. Todos los patios tenían alfombras rojas. Fue necesario cubrirlos porque estaban demasiado lustrados y los caballos resbalaban en ellos”.
Para este nuevo proyecto, la fachada del inmueble fue conservada y restaurada así como también los vitrales que se ven al ingresar. Además de los marcos de madera de cedro , los bronces originales, su recova en bovedilla y los ladrillos típicos del edificio.
En el hall principal se repararon y volvieron a colocar las mayólicas originales azulejos artesanales, respetando colores y tamaños auténticos. El revoque en piedra París también se restauró para que quedara idéntico al del 1900.
Dentro de la obra, se sumó metal y hormigón, un techo vidriado en el hall central, una escalera mecánica y aire acondicionado.
Fuente: La Nación