Polémico caso entre un perro y un niño: “El perro no usó los dientes. Quería zafar de una situación de maltrato”

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Un hecho lamentable ocurrió en Río Cuarto con un perro que se encontraba en un patio de comidas. El animal era llamado “Gringo” por los propietarios de los espacios gastronómicos.

El perro murió tras recibir una patada del padre del niño, cuando en un hecho confuso, el menor cayó y quedó debajo del animal.

Para conocer un poco más del comportamiento canino y entender qué sucedió entre el perro, el niño y el padre, Sin Libreto dialogó con Soraya Lescano, adiestradora canica.

Aseguró que los perros son expertos en la lectura de la expresión corporal y a ellos no se los puede engañar. Por esto definió al perro como un animal único en muchos aspectos.

Por otra parte se preguntó si todas las personas somos tolerantes y a prueba de todo.

“Es un problema donde hay falta de responsabilidad y respeto. El perro esta siendo victima de la sociedad misma”, sostuvo la adiestradora.

Dijo que en el caso del niño, “Gringo” no fue agresivo, no utilizó los dientes sino que brindó señales de calma cuando vio que no podía escapar del conflicto porque tenia un niño encima de él y a otro tomándole la mano.

“Como “Gringo” no pudo escapar, tuvo que usar su fuerza física para subordinar al niño que lo estaba invadiendo, que le estaba causando incomodidad y se estaba convirtiendo en una falta de respeto”, explicó Soraya Lescano.

Respecto al caso de “Gringo”, aclaró que el animal no usó los dientes por ser de un tamaño mayor al del niño. Dijo que le preocupó la reacción brusca del padre del menor.

Por otra parte, recomendó que ningún niño conozca o no al perro este solo con el animal.

Recomendaciones

La especialista dijo que en una situación como la que ocurrió en el patio de comidas entre el niño y el perro lo recomendado es: inmovilizar al animal y por supuesto evitar meterle la mano en la boca.

Aconsejó a las personas ser empáticas con los perros, evitar pedirles cosas de humanos y obviar agregarles los conflictos emocionales de las personas.

“La única forma de amar correctamente a un perro es a partir del respeto. El perro devuelve en grandeza cuando su dueño es un líder coherente, servil, certero y seguro”, concluyó la adiestradora canina.

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