El médico veterinario Gastón Britos fue recientemente distinguido como uno de los 10 Jóvenes Sobresalientes en el marco de la premiación que anualmente otorga la Bolsa de Comercio de Córdoba. En diálogo con el micro Suma Tecnología, el joven compartió una historia que combina esfuerzo, vocación y un profundo compromiso con la divulgación científica.
Nacido en Los Tres Pozos, un paraje rural de apenas diez habitantes a unos 25 kilómetros de Río Tercero, creció rodeado de animales y entre libros que sus padres —ambos productores rurales con educación primaria— compraban para que sus hijos accedieran al conocimiento.
«Ellos nunca los leyeron, pero nos abrieron un mundo entero”, recordó. A los 12 años dejó el campo para cursar el secundario en Los Cóndores y luego, con un bolso pequeño y grandes aspiraciones, llegó a Río Cuarto para cursar Medicina Veterinaria en la UNRC.
Allí completó su formación, aunque sin imaginar que años después su vocación se expandiría más allá del consultorio hacia las redes sociales, donde hoy acumula más de dos millones de seguidores.
“Comencé en 2019 mostrando lo que veía en la carrera. Había información valiosa que podía mejorar la vida de las personas y sus animales, pero costaba comunicarla”, explicó. Durante la pandemia, ese contenido se volvió masivo y Britos se transformó en uno de los principales divulgadores veterinarios de Latinoamérica.
Sus historias cotidianas en el campo cautivaron a miles, especialmente los relatos sobre animales rescatados como Rogelio, Olga y su perro Cusco. Olga —una ternera abandonada en grave estado por su madre— se volvió un símbolo de perseverancia tras recuperarse luego de una verdadera “terapia intensiva a campo”.
“Hoy me paran en la calle para preguntarme por ella”, contó entre risas. Además de la divulgación, Britos impulsa un proyecto único: la “veteneta”, un móvil veterinario completamente equipado para cirugías, necropsias y atención nocturna en zonas rurales.
El vehículo, según detalla, fue posible gracias al apoyo espontáneo de sus seguidores. “La gente lo armó. Sin ellos no hubiera existido”, afirmó.
Consultado sobre la figura del influencer, Britos fue claro: “No está mal crear contenido sin tener título, pero cuando crece la audiencia aparece una enorme responsabilidad. Cada dato debe estar chequeado porque un error puede hacer daño”. También alentó a los estudiantes de veterinaria a confiar en la formación que brinda la UNRC y a dejarse sorprender por la diversidad de caminos que ofrece la profesión.
«Mi vida siempre iba a estar rodeada de animales. Todo lo demás fue apareciendo gracias al camino”, concluyó.
