El gobierno obtuvo un triunfo electoral que ni el más optimista de sus integrantes esperaba.
La relación de fuerzas en el Congreso experimentará un cambio notorio que le permitirá impulsar proyectos con la posibilidad concreta de que se conviertan en leyes, siempre y cuando esté dispuesto a dialogar de manera constructiva con sectores de la oposición.
Para el kirchnerismo, los resultados de ayer marcan un severo llamado de atención y un rotundo rechazo a sus políticas y sus formas de ejercerla, que llevaron al país a una situación catastrófica de la que resulta harto difícil emerger.
Resta determinar qué piezas moverá el gobierno (concretamente el presidente Milei) a partir de hoy, si seguirá contando con el respaldo político y financiero de Estados Unidos (algo que pareciera estar descontado a la luz de los resultados de ayer) y si estará dispuesto a dialogar para que las medidas y políticas que se apliquen de aquí en más cuenten con respaldo social y permitan, mientras se consolidan los números de la macroeconomía, reactivar la producción y mejorar los ingresos de los trabajadores.
Párrafo aparte para la pobre performance electoral del experimento denominado «Provincias Unidas», lo que parece sepultar -al menos por ahora- el proyecto presidencial del ex gobernador Schiaretti.
El debut de la boleta única de papel merece también una lectura positiva de cara a futuras elecciones, en tanto y en cuanto ponga punto final a las inaceptables prácticas ejercidas desde hace décadas por delincuentes disfrazados de salvadores de la sociedad.
Ayer habló la gente con su voto y hoy lo harán los mercados con sus números y el gobierno con sus disposiciones. Hay marcada expectativa por ver qué lectura hace, ya en la práctica concreta del ejercicio del poder, la administración mileísta con esta nueva (y casi inesperada, por su contundencia) delegación de confianza por parte de la sociedad.
Ayer, el voto renovó el crédito a un gobierno que llegó al poder con la promesa de ejecutar cambios profundos e inéditos. Es el momento de ver si llegan y lo hacen, de una vez por todas, en beneficio de quienes producen y trabajan con honestidad.
